Una madre, Susan Maushart, desconectó la corriente de la casa durante seis meses porque se cansó de que sus hijos estén todo el tiempo pendientes de cualquier dispositivo electrónico (esto implica no sólo PC , sino también heladera, televisor, etc)
Por lo que cuenta, sus hijos (y ella) eran adictos a la tecnología... (al extremo de reirse diciendo LOL en vez de reirse ) /*lol*/
El resultado del experimento:
- Su hijo de 15, comenzó a tocar el saxofón.
- Su hija de 18, iba a la biblioteca de la escuela a conectarse si necesitaba buscar algo, pero no iba a lo extremo.
Pero la más pequeña, de 14, agarró su notebook y se fue a vivir con el papá (porque eran separados), y cuando terminó el experimento de Susan, volvió a la casa, colgándose de internet por teléfono durante horas. Susan sigue tratando de educarla.
No creo que irse al extremo como hizo Susan de cortar la corriente de la casa, sea algo tan positivo, pero si la iniciativa de hacer un parate y decir "basta". De preocuparse por la salud de sus hijos (y de ella), de darse cuenta que ya no era un "voy a chatear un rato", sino una adiccion.
Los tiempos cambiaron, como educamos a nuestros hijos ahora, con este panorama de bombardeo de información y tecnología, es muy diferente de cómo nos educaron a nosotros, y a muchos de nuestros padres.
La solución, como en todos los tiempos, no la tiene nadie. Nadie tiene el "manual de la educación del hij@ perfecto", pero todos tenemos sentido común. Todo tipo de exceso es malo, está bueno incentivar a los hijos a meterse y a crecer en este siglo tecnológico, pero como todo, no hay que abusar de esto, hay que estar BIEN atentos, estar encima de ellos, para que el estar conectado no se convierta en una adicción.
De hecho, hay que evaluarnos a nosotros mismos, y probar, un día sin internet, un fin de semana sin contacto con msn, facebook, gmail, twitter, y hacer más actividades al aire libre... evaluar nuestro estado de adicción con la tecnología.
1 comentario:
Tampoco existe el manual del padre/madre perfectos. Además una pregunta que podríamos hacernos sería: puede un padre/madre imperfectos educar un hijo/a perfectos?
El primer desafío podría ser: cómo hacer para mejorar en el camino de la perfección.
Juan Carlos
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